Este proceso de aprendizaje busca la automatización de los gestos encadenados, para lo cual se ha de dar el número suficiente de repeticiones del ejercicio con la estimulación y motivación necesarias.
Cada ejercicio planteado, cada progresión o variación del ejercicio, debe ser vivenciado las suficientes veces para que el cerebro del niño o la niña cree un nuevo circuito neuronal. Esto es lo que se llama automatización de un proceso, la automatización es en si, el aprendizaje. Hasta que algo no esta automatizado no podemos decir que esta aprendido.
En las formas tradicionales de enseñanza de cualquier deporte, por ejemplo:
el voleibol, se partía del aprendizaje de gestos simples en largos y cansadores
periodos, para más tarde aplicarlos en el juego. En la actualidad, se entiende que
debe partirse de la estructura general (el juego en sí, el juego informal, rudimentario)
para ir incorporando y perfeccionando los gestos que permitirán síntesis
superadoras dentro de la misma estructura del juego. Deben tomarse como punto
de partida las posibilidades del conjunto de la clase y no las de los más capaces.
Por lo tanto, no es correcto el desarrollo de únicamente un aprendizaje solo, sino
que debiera plantearse toda una estructura de movimientos para que a través de
varias sesiones, se vayan realizando en forma horizontal, hasta llegar a una culminación
indispensable que dé un sentido de acabamiento al trabajo realizado.
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